«Empecé a aprender español a los sesenta años, con todas las dificultades que eso conlleva. Sin embargo, tuve mucha suerte de tener a Egiarte como profesora. Supo entender mis debilidades y trabajarlas con paciencia. La frustración inicial dio paso al disfrute y luego a un sentimiento de logro. Cuando yo me sentía avergonzado por mi dificultad con el idioma, ella me animaba a confiar en mi instinto y hablar libremente. Recomiendo a Egiarte porque es una excelente profesora, atenta, habilidosa y dedicada. Diligente, capaz y con las ideas muy claras».